
Es verdad, la milanesa no es la comida tradicional del año nuevo, pero si está hecha con la nalga de Victoria Vanucci te la masticás con el mayor de los gustos como para arrancar el año bien parado. Vicky te presenta su terrible ojete enarenado tipo milanesa listo para comer, para que le empujes los soretes y la arena para adentro a pijazos. Total, Vanucci dice que no le duele cuando le hacen la cola. “Entrar por atrás no duele tanto como dicen, si lo hacen con sutileza. El trabajo previo favorece la ausencia de dolor.” Así que ya sabés, hacele un trabajo previo mínimo o directamente dale un par de bifes para que entienda que la opción de no entregar el orto no está disponible. Y si te da pena lijarle el rosquete con la arena de la playa, compensale laburándole las tetas que le encanta. “Mis lolas son muy sensibles, me encanta recibir mimos ahí”, dice Vanucci vendiendo sus atributos, “ojo que mis lolas son naturales y de 95 centímetros, bien pechugonas.” Y son justamente esas dos hermosas pochas las que le sirven de excusa para ratonear con disfraces y partuzear como la morocha viciosa que es. “Me encantaría ponerme un corset que me destaque esas dos razones”, dice Vanucci de sus tetas, “pueden ser fundamentales para armar un fiesta lujuriosa como la de la película Ojos Bien Cerrados, entrar al salón con ese disfraz”. Pero el lomo y la actitud de Vicky mas que para cerrar bien los ojos son para que le abras bien las piernas y le des por todos los agujeros que encuentres, porque a la mena le gustan los combos. “Soy muy gauchita para la combinada, porque ofrezco de todo un poco, un variadito de sexo clásico, oral y anal”, dice la flaca viciosa, “Una mezcla de todo esa está muy buena, y me gusta porque me gusta ver a mi pareja relajada y con cara de goce”. Error morocha, si nos dejás entrar alternando entre la cotorra jugosa, la boquita petera y la escarapela arenosa, nuestra cara va a ser cualquier cosa menos relajada — mas bien Vicky imaginate un bombero re sacado que viene a apagar el incendio en tu cola con una manguera llena de leche. Y no te preocupes si la leche rebalsa, porque a Vicky le re cabe el enchastre lácteo. “Al acabar, me gusta que se desparrame por la zona de mi cintura y hacia abajo”, dice Vanucci, una chica que le gusta que le enlechen la colita. De todas maneras, cuando Vicky te pida que vayas a apagarle el incendio a lechazos porque está en llamas, no pierdas el sentido de la cortesía: entrá primero por la puerta principal. “Me gusta arrancar por la delantera”, dice Vicky pero aclara que “tampoco me hago la tarada ni la Madre Teresa de Calcuta, porque como dije, el variadito está muy bueno”. Y perforala variando de agujeros como para mantenerla entretenida, porque si se aburre va a querer pasar al ataque y puede ser peligroso. “Me gusta dominar un poquito, un poquito-mucho en verdad, pero sin complementos ni juguetines de por medio”, dice Vanucci como diciendo que le cabe dominar pero no al punto de querer cogerte con un strap-on. Acordate: la mejor defensa es siempre un buen ataque, así que dale sin piedad que esa cola lo lo merece!
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